Alquilar una propiedad no es tarea sencilla, pero tiene muchos beneficios que el inquilino puede disfrutar de inmediato. Conocelos a continuación.
Dinamismo
Generalmente, los contratos de alquiler no superan un año o dos, lo que significa la posibilidad de mudarse a otro lugar al cabo de ese tiempo. Cambiar de barrio, emigrar a otro país o agrandar la familia pueden ser algunas de las causas de mudanza, por lo que el alquiler es una opción ágil y flexible.
Capacidad de respuesta
En caso de que se genere alguna rotura interna que provoque gastos, estos correrán por cuenta del propietario. Tener a quien recurrir en caso de necesidad, es un punto a favor que no se da cuando somos dueños.
Inversión
Para alquilar una vivienda no es necesario ponerse en deuda, ni pedir préstamos bancarios. Simplemente, se necesita una base de ahorro mínimo que depende de la propiedad, y luego ir abonando mes a mes el costo del alquiler.
Gastos
Con el alquiler no hay grandes gastos extras. Los impuestos como el IVA, seguros, entre otros, corren por cuenta del propietario, por lo que al alquilar podemos decir que existe una cuota fija que consiste en el alquiler + los gastos comunes, que se acuerdan al momento de firmar el contrato.
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